La plusvalía ‘castiga’ a los habitantes originarios de Temozón Norte
Aunque no la buscaron, la plusvalía les llegó de golpe y porrazo a los vecinos de Temozón Norte… pero de la peor manera y afectando severamente su economía familiar.
Aunque la economía de muchos lugareños no mejoró a la misma velocidad con la que se levantaron las privadas que ahora los rodean, el impuesto predial se les disparó a niveles inimaginados por los antiguos habitantes de esta subcomisaría.
De pagar 19 pesos al año, o 42 pesos para los predios mejor valuados, hoy los habitantes de Temozón Norte se enfrentan a pagos de hasta ocho mil pesos de impuesto predial, mucho más de lo que paga una familia promedio de Mérida, la cabecera municipal y capital del estado.
Esto llevó a la activista Cristian Chalé a presentar una solicitud al Ayuntamiento de Mérida, encabezado por el alcalde Renán Barrera Concha, para que intervenga a fin de buscar una solución a este problema que afecta severamente la economía de las familias.
«Hay gente que juega mutualistas exclusivamente para pagar su impuesto predial, pues si no lo pagamos se nos acumula y luego ya es más difícil pagarlo, porque no nos hacen ninguna rebaja, a fuerza quieren que paguemos como si viviéramos en una privada, cuando mucha gente apenas tiene un solar con una casa tradicional», aseguró Cristian en entrevista.
Otro problema que mencionó, por cierto propio del subdesarrollo, es que no todas las familias de la comunidad tienen agua potable, pues en algunas zonas no llega este servicio, pese a que se ha solicitado con insistencia.
«Solo son 500 metros para que llegue la red de agua potable, pero no le quieren invertir, lo cual nos parece injusto ante las cantidades que pagamos por impuesto predial», lamentó la joven activista. «Pagamos mucho por predial y ese dinero no vuelve a nuestro pueblo en servicios públicos eficientes».
«Por el contrario, a los ricos que ocupan las privadas hasta sin pedirlo les construyen calles de acceso, con los impuestos que nosotros pagamos, mientras que nosotros tenemos que estar suplicando para que nos acepten una solicitud».
«Este ayuntamiento es como Robin Hood, pero al revés… les quita a los pobres para darles a manos llenas a los ricos», fustigó Cristian Chalé, quien anticipó que seguirá insistiendo en que haya mejoras para su comunidad y que reciba lo que merece por ser un polo de desarrollo.