Progreso, una isla de violencia criminal en el mar de seguridad de Yucatán
Progreso, la puerta de entrada a Yucatán vía marítima, se ha convertido una isla de violencia criminal en medio del mar de seguridad que representa Yucatán, por lo que deben tomarse medidas severas para evitar que este foco rojo contagie a otras regiones del estado.
Desde principios de año, incluso desde las primeras horas, se ha recrudecido la ola criminal que ya arrastraba el principal puerto yucateco.
Hechos inéditos, como una balacera por parte de sicarios motorizados que abrieron fuego contra casa, han sacudido en estos días a Progreso.
La semana pasada fue cesado el jefe de la policía municipal, Emilio Raúl Caamal, quien enfrentaba serias acusaciones, entre ellas algunas por hostigamiento sexual.
Sin embargo, las cosas no mejoraron, pues ayer se descubrió un doble asesinato en una vivienda del fraccionamiento Flamboyanes. Unas de estas muertes podría configurarse como feminicidio, delito que con tanto ahínco ha combatido el gobernador Mauricio Vila Dosal.
Al parecer, el problema no era el jefe de policía sino el deterioro del tejido social que ha propiciado la administración municipal de Julián Zacarías Curi, preocupado más en su imagen que en el bienestar de las familias progreseñas; preocupado más en mostrar una imagen limpia a los turistas, pero con un patio trasero bastante sucio.