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Robos, asaltos, asesinatos, ajuste de cuentas, droga recalada… ¿Progreso, Quintana Roo o Progreso, Yucatán?

Robos, asaltos, acoso a jovencitas en el malecón, asesinatos a sangre fría, casas acribilladas por ajuste de cuentas y droga recalada en la playa… no, no estamos hablando de Quintana Roo, todo esto sucede en Progreso, el principal puerto de Yucatán, a que últimas semanas registra una escalada de violencia de niveles nunca antes visto.

A toda esta descomposición social se suma la inoperancia de la policía municipal, que a pesar de que hace semanas estrenó director, hasta ahora las cosas no cambian ni mejora la seguridad pública en el municipio del que es alcalde Julián Zacarías Curi, un ex priista que se «viró» al panismo.

El primer día del año hubo un ataque por ajuste de cuentas contra vecinos de Progreso, y se registró un inédito robo en un supermercado, donde los ladrones ocasionaron un incendio para saquear licores a su gusto.

El entonces director de la policía, Emilio Raúl Caamal Gutiérrez, dijo que el incendio lo causaron unos niños que jugaban «bombitas», y que varias personas aprovecharon el momento para robar artículos de la tienda.

A los pocos días, el 6 de enero, sujetos en motocicleta dispararon contra una vivienda y mataron a una perra de los dueños, que en ese momento no estaban en la casa.

El 9 de enero, en medio de un pleito marital con trascendencia mediática, fue destituido Caamal Gutiérrez, a quien una noche antes detuvieron policías estatales por golpear a su esposa y amenazarla con su pistola de cargo.

La policía municipal estuvo acéfala durante varias semanas, en las cuales no cesó la violencia, pues se registró un doble asesinato en el fraccionamiento Flamboyanes, además de que continuaron los robos en la cabecera y las comisarías.

El 28 de enero se designó como nuevo director de la policía municipal al comandante Omar de la Cruz Herrera Cocom, quien fue recibido con críticas por presuntas agresiones y actitudes intolerantes contra la prensa durante su desempeño en Mérida cuando estaba en las filas de la SSP.

También pesa sobre el nuevo jefe policiaco una recomendación de la Comisión de Derechos Humanos.

Su nombramiento no mejoró la seguridad en el principal puerto de Yucatán y puerta de entrada al turismo vía cruceros, pues unas horas después una riña derivó en homicidio en el fraccionamiento Flamboyanes.

A eso se suman casos como el acoso contra dos jovencitas en el malecón internacional, donde un malviviente, de los muchos que abundan en esa zona, molestó e incluso se atrevió a tocar a dos jovencitas, casi niñas que estaban sentadas en una banca.

La intervención de una familia evitó que el sujeto continuara con sus agresiones. Aunque se llamó a la policía, sus agentes nunca llegaron a la zona.

El martes por la tarde recaló droga en una playa de Progreso, pero los enervantes desaparecieron antes de que llegara la policía, según informaron pescadores que lograron tomarle fotografías a los paquetes de enervantes.

En esas imágenes que circularon en redes sociales, se ven varios paquetes de estupefacientes; se desconoce qué tipo de droga es.

Cuando la policía municipal llegó a la zona, los paquetes ya no estaban. Los mismo pescadores que hicieron el hallazgo llamaron a la prensa, pero la policía municipal se mostró hostil contra los periodistas.

Igual se mostró poco amable con reporteros ayer luego de que un oficial chocó una patrulla contra una camioneta estacionada, en la avenida Líbano entre 128 y 139 del puerto de Progreso, por estar enviando mensajes en su celular.

Por el impacto, la camioneta aparcada se movió y golpeó a un adulto mayor que estaba recolectando envases de plástico para sobrevivir.

Esto son son solo algunos botones de muestra de la «quintanarroización» que en unas semanas ha visto escalar la violencia al nivel de los sitios más inseguros del país.

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