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Rescatando el enjambre del Cbtis 120: una historia de amor a las abejas y a la humanidad

Por: René Duperón

MÉRIDA.- Dos años sin que se abriera un registro eléctrico, en el Cbtis 120 de Chuburná, fue tiempo suficiente para que las abejas formaran ahí un «multifamiliar» enjambre que anoche, con el apoyo de activistas ambientales, maestros y personal del plantel, fue reubicado a un apiario comunitario en Ucú.

Fueron horas las que invirtieron los activistas de las agrupaciones Rescue Abejas MID, Enseñanza del Abuelo y Dama Abeja para el rescate de las polinizadoras, el cual no estuvo exento de varios, por no decir muchos piquetes tanto a los rescatistas como a los maestros y demás espectadores, incluso al periodista que esto escribe.

La historia de este exitoso rescate comenzó por la mañana, cuando descubrieron el enjambre del que provenían las abejas que un día antes atacaron a unos estudiantes.

La primera opción fue llamarle a los bomberos de la SSP, que prestos llegaron al plantel ubicado en Chuburná de Hidalgo, pero la mala noticia fue que tenían que exterminar a las abejas para que ya no representaran un riesgo de nuevos ataques a estudiantes o personal de la escuela.

Los rescatistas de la SSP comenzaron su labor, pero al ver la forma en que procedían contra las abejas los estudiantes protestaron, pues apenas unos días antes habían aprendido en las aulas la importancia que tienen las abejas para todas las demás especies, incluyendo el ser humano.

Los alumnos hicieron llegar su preocupación al profesor Henry Concha Guillermo, de la asignatura de Biología, quien les pidió a los bomberos que suspendieran el exterminio de las abejas, pues iban a buscar otra opción menos agresiva para deshacerse de ellas.

Gracias a sus contactos como doctor en Biología, supo que la opción indicada era la agrupación Dama Abeja, que acumula casi 250 rescates de enjambres con la ayuda de activistas de otras asociaciones como Rescue Abejas MID y Enseñanza del Abuelo.

La estrategia se le planteó a la directora Patricia Gutierrez Dulá, quien no dudó en aprobarla, consciente de la importancia que tienen las abejas para todos los ecosistemas.

La idea también entusiasmó a la licenciada Ligia Alcocer, jefa del Departamento de Servicios Administrativos, quien facilitó al personal y las herramientas para el rescate que se realizó ayer por la tarde y noche, pues son las horas indicadas para proceder porque las abejas ya están descansando y son menos agresivas.

A las 5 de la tarde se presentaron en el Cbtis 120 los activistas encabezados por Ana Laura Díaz Uscanga (Rescue Abejas MID) y Gerardo Moreno Robertos, quienes llevaron equipo especial que utilizan para la reubicación de enjambres.

Con apoyo de una especie de cafeteras hicieron humo para obligar a las abejas a salir, y también para aplacarlas un poco.

Antes de proceder a la apertura del registro se protegieron con trajes de apicultores, a fin de aminorar los posibles ataques de las abejas.

Este traje también se le proporcionó al profesor Henry Concha, quien sería el encargado de documentar con fotos y videos el rescate, pero ante la inesperada agresividad que mostraron las abejas de este enjambre no fue posible.

Apenas comenzaban los activistas su labor cuando las cosas se salieron de control y las abejas se lanzaron contra todos los espectadores, que tuvieron que alejarse corriendo para evitar el feroz ataque de las polinizadoras.

Estaban tan enfurecidas que no respetaron ni siquiera los trajes protectores. Uno pequeño activista tuvo que retirarse tras la picadura de una abeja en un dedo de la mano.

El rescate demoró poco más de hora y media, acompañado por momentos de una llovizna, pero al final fue exitoso y al día de hoy las abejas ya están en un apiario comunitario de Ucú, donde no representan peligro para los humanos, que ahí no las molestan y pueden dedicarse al 100 a su noble labor de polinizar, producir miel y otros productos que utilizamos para nuestra vida diaria.

Al final hubo una dulce recompensa para los espectadores, que pudieron comer miel pura de los pedazos del panal.

A esa hora la reina y sus obreras ya se encontraban en una caja especial donde pueden reactivar el enjambre a sus anchas.

Para evitar que las abejas que se quedaron vuelvan a formar un nuevo enjambre, se lavó el registro con abundante agua y detergente.

En caso de no hacerlo así, las abejas volverán y formarán una nueva colonia. Su instinto les dirá que tienen que trabajar para habilitar una nueva reina y empezar otra vez el ciclo de la vida.

La rescatista Ana Laura Díaz reconoció que las abejas del enjambre estuvieron más agresivas de lo que esperaban. Esto puede deberse a que en el panal había mucha miel, al parecer producto de las lluvias que han caído en este febrero, y que han permitido que haya floración.

A diferencia de otros enjambres que han rescatado, en este había pocas crías y lo que sí abundaba era la miel, la cual lamentablemente no podrá aprovecharse para consumo humano, porque el recipiente que improvisadamente se utilizó para colocar los pedazos del panal era una cubeta de basura.

Pero no se perderá del todo, porque servirá para alimentar a las abejas reubicadas y a otras en el apiario comunitario de Ucú.

Los rescatistas todavía se quedaron un rato para concluir su noble trabajo.

Muchas felicidades a los maestros y alumnos del Cbtis 120 por la iniciativa de salvar a las abejas, que cada vez encuentran menos alimento en la deforestada Mérida.

En próximas entregas informaremos sobre las actividades que realizan los activistas de Dama Abeja, Rescue Abeja Mid y Enseñanza del Abuelo. Los puedes seguir en sus respectivas redes sociales, y aprender ahí más sobre la importancia de las polinizadoras.

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