La serie de María Félix, entre el mito, la verdad y la leyenda
CIUDAD DE MÉXICO (AP).- Pocas mujeres mexicanas fueron tan famosas en el siglo XX como María Félix, y posiblemente tan poco comprendidas más allá de su faceta pública.
La serie “María Félix, La Doña”, que debuta este jueves con el lanzamiento del servicio de streaming ViX+, se propone retratar cómo se formó una de las actrices más célebres del cine mexicano, sus dramas personales y sobre todo su lado más íntimo, al que muy pocos tenían acceso.
La serie es protagonizada por Sandra Echeverría, Ximena Romo y Abril Vergara, quienes se turnan para interpretar a Félix desde su infancia hasta que tenía más de 80 años. La estrella de películas como “Río escondido”, “Enamorada” y “La diosa arrodillada” nació en Álamos, Sonora en 1914 y falleció en la Ciudad de México en 2002, a los 88 años.
“María de alguna forma es tan vasta, su vida es tan increíble, tan compleja, que teníamos que ser tres actrices las que la personificáramos, porque creo que cada una le aportamos algo único y algo especial a cada momento que nos toca”, dijo Romo a The Associated Press en una entrevista telefónica.
Romo interpreta a Félix desde sus últimos años de adolescencia hasta que incursionó en el cine a los 29 años, en el filme “El peñón de las ánimas” de 1943.
La serie se desarrolla de manera cronológica y, tras presentar a Félix como una niña rebelde (interpretada por la debutante Vergara), aborda uno de los episodios más trágicos y complicados de su vida: la violenta muerte de su hermano Pablo, de quien la actriz una vez dijo que “el perfume del incesto no lo tiene otro amor”. Pablo murió mientras estudiaba en el colegio militar de la Ciudad de México a donde lo enviaron sus padres, quienes sospechaban de la relación de los hermanos.
“No existe evidencia histórica de qué fue lo que pasó entre los hermanos. No podemos afirmar que tuvieron relaciones sexuales, por ejemplo”, dijo la directora Mafer Suárez en una entrevista telefónica. “Nos parecía que tocarlo con delicadeza, dejándolo con evidencia, pero con delicadeza, era en primer lugar preservar la dignidad de María, que para mí era algo muy, muy importante… No se trata de no decirlo, sino de encontrar la manera equilibrada, estética, respetuosa, amorosa de poder hablar de algo tan particular”.
El proyecto, producido por Carmen Armendáriz, hija del actor mexicano Pedro Armendáriz y quien llegó a conocer a Félix en persona, tomó su tiempo. Se gestó a lo largo de más de cinco años y pasó de ser una serie de decenas de capítulos a una miniserie de ocho. Para Suárez, quien estudió una maestría en historia, el cambio de formato les permitió tener más precisión y cuidar todos los detalles, incluyendo el lenguaje de la época.
“Todo está minuciosamente trabajado”, dijo la directora, mencionando además el vestuario confeccionado a la medida. “Todo cambia en el tiempo, la forma en la que se cortaban el cabello, los colores que usaban, las texturas de los vestidos… y en particular María, cómo ella se iba convirtiendo en María Félix”.
Echeverría contó que el hijo de una amiga de Félix les prestó ropa de la época que habían comprado juntas.
“Me la puse y fue increíble poder estar realmente en ropa que María había comprado”, dijo. También hay sombreros, joyas, boquillas para cigarrillos y se mandaron a hacer réplicas de algunas de las joyas más famosas de Félix, como sus cocodrilos de Cartier.
La muerte de Pablo es sólo el primer golpe que sufre María. Al casarse, entró en una relación abusiva que la llevó a tener un hijo, el también actor Enrique Álvarez Félix, de una forma bastante violenta. Tras decidir separarse, su exmarido le quitó a su hijo.
“Eso fue una de las razones por las cuales ella decidió entrar al cine y por las cuales también buscó ser una figura importante y buscó sobre todo tener poder”, dijo Romo. “No solamente se trataba de ser guapa y que la gente le diera cosas, sino que ella realmente tuviera una posición de poder para que nadie le quitara lo que es suyo… Eso fue lo más interesante de todo lo que me tocó, esa búsqueda de poder que me habló de forma muy personal”.
A Echeverría, en cambio, le tocó interpretar a Félix cuando ya era dueña de su destino y cuando, tras años de fumar y actuar, tenía la voz impostada por la que se hizo famosa. Echeverría, quien también es cantante, suena bastante distinta de Félix en la vida real.
“No te dejes guiar por mi voz dulce, también tengo mi parte oscura”, dijo la actriz, que buscó replicar la voz y cadencia al hablar de Félix para plasmar sus cambios de los 30 a los 80 años. Curiosamente, Echeverría dijo que uno de los momentos en los que lució más parecida a Félix era cuando ya tenía una edad muy avanzada, gracias al equipo de maquillaje de la serie: “La gente cuando me veía se quedaba en shock”, dijo.
María Bonita
También recordó que Félix decía que “tenía el alma de un mariachi”. Una de sus relaciones más famosas fue su matrimonio con el cantautor mexicano Agustín Lara, quien le dedicó “María Bonita”, entre otras canciones.
“Le encantaba la música, y creo que eso fue lo que la llevó a enamorarse perdidamente de Agustín Lara”, dijo Echeverría.
Pero en los años que esta la interpreta, también hay mucho drama por la muerte de Álvarez Félix, su hijo, en 1996.
“A pesar de estar siempre rodeada de gente y de haberse codeado con la gente más importante, vivió mucha soledad y, por otro lado, vivió mucha muerte”, dijo Echeverría.
“María Félix, La Doña” estrena el jueves sus dos primeros episodios con el lanzamiento de ViX+, el nuevo servicio de streaming de TelevisaUnivision, seguido por un capítulo semanal hasta completar los ocho, todos de una hora.
Rodrigo Mazon, vicepresidente ejecutivo y gerente general de ViX+, se expresó “muy orgulloso” de arrancar con la bioserie, parte de unas 70 producciones originales que planean estrenar en su primer año.
“La verdad te diría que, siendo aparte de época, es una calidad de producción increíble, una actuación increíble y realmente nos da a conocer (incluso) a los que ya somos fans de María Félix desde antes… quién fue y quién era, y por qué fue tan importante para la historia de México y para la historia del cine mexicano”, dijo Mazon a la AP.
Para Echeverría, Romo y Suárez, este es el momento perfecto para revisar la vida de Félix bajo una lente renovada por el feminismo.
“Una mujer como ella en el siglo XX, en México, era tener valor”, dijo Suárez. “Ella logró ser libre, hacer lo que le diera su gana, estar con quien ella decidiera estar… lo cual no quiere decir que no haya pagado el precio”.
El precio, dijo Romo, fue ser catalogada de mala o soberbia, algo muy distinto a lo que encontró leyéndola.
“Era tan inteligente, que podía ponerse a la par de las mentes más brillantes de su época. Fue amiga cercana de artistas, intelectuales, políticos, poetas, escritores, que la respetaban y la admiraban no solamente por su belleza y personalidad, sino también por sus pensamientos”, dijo Romo. “Todo ese universo y todas esas ideas que encontré en María, que tienen que ver mucho con el feminismo, fue lo que más me sorprendió”.
Echeverría señaló que una de las grandes enseñanzas de Félix que le quedaron de este proyecto fue aprender a poner límites y complacerse primero a ella misma.
“La verdad es que yo se lo aplaudo”, dijo.