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Encuentran esqueleto en un cenote amenazado por el Tren Maya

CIUDAD DE MÉXICO (AP).- Un esqueleto humano prehistórico fue encontrado en un sistema de cuevas que se inundó hacia el final de la última glaciación hace 8.000 años, según un arqueólogo especialista en buceo en cuevas en la costa caribeña de México.

El arqueólogo Octavio del Río dijo que él y su compañero de buceo Peter Broger vieron el cráneo destrozado y el esqueleto parcialmente cubierto por sedimentos en un cenote cerca del lugar en donde el gobierno mexicano planea construir un tren turístico de alta velocidad que atraviesa la selva.

Tomando en cuenta la distancia a la que se encuentra la entrada del cenote, el esqueleto no pudo haber llegado hasta allí sin un equipo de buceo moderno, por lo que debe tener más de 8.000 años, dijo Del Río, refiriéndose a la época en que el aumento del nivel del mar inundó las cuevas.

“Allí está. No sabemos si fue depositado o si allí murió”, comentó Del Río. Señaló que el esqueleto estaba a unos 8 metros bajo el agua, medio kilómetro al interior del sistema de cuevas.

Algunos de los restos humanos más antiguos de América del Norte han sido descubiertos en los cenotes de la costa caribeña del país, y los expertos dicen que algunas de esas cuevas están amenazadas por el proyecto turístico del Tren Maya.

Del Río, quien ha trabajado con el Instituto Nacional de Antropología e Historia en proyectos anteriores, dijo que ya notificó el descubrimiento al instituto. La dependencia no respondió de inmediato a preguntas sobre si tenía intención de explorar el sitio.

Pero Del Río dijo el martes que una arqueóloga del instituto, Carmen Rojas, le comentó que el sitio fue revisado y que el Proyecto de Arqueología del Holoceno, filial del INAH en el estado de Quintana Roo, llevaría a cabo una investigación.

El arqueólogo subrayó que el cenote, del cual no reveló su ubicación por temor a que el lugar pudiera ser saqueado o dañado, estaba cerca de donde el gobierno ha talado una franja de selva para colocar las vías del tren, y podría derrumbarse, contaminarse o cerrarse por el proyecto de construcción y su subsecuente desarrollo.

“Habría que profundizar muchísimo más en el estudio para tener una interpretación correcta”, dijo Del Río, señalando que “las fechas, y además poder hacer algún tipo de fotometría y algunos levantamientos” serían necesarios para determinar exactamente qué tan antiguo es el esqueleto.

Del Río lleva tres décadas explorando la región y, en 2002, participó en el descubrimiento y la catalogación de los restos conocidos como La mujer de Naharón, que murió más o menos en la misma época, o quizá antes, que Naia: el esqueleto casi completo de una mujer joven que murió hace unos 13.000 años, el cual fue descubierto en un sistema de cuevas cercano en 2007.

El presidente Andrés Manuel López Obrador busca terminar el Tren Maya en los dos años que le quedan de mandato, a pesar de las objeciones de ecologistas, buzos de cenotes y arqueólogos. Aseguran que su apuro dejará poco tiempo para estudiar los restos.

Los activistas afirman que el pesado proyecto ferroviario de alta velocidad fragmentará la selva costera y a menudo pasará por encima de las frágiles cuevas de piedra caliza, las cuales —al estar inundadas, ser sinuosas y a menudo increíblemente estrechas— pueden tardar décadas en explorarse.

Los cenotes a lo largo de esa parte de la costa ya han sufrido daños por las construcciones que se realizan encima de ellos, utilizando pilotes de cemento para soportar el peso de encima.

La línea del Tren Maya de 1.500 kilómetros está pensada para recorrer la Península de Yucatán en forma de bucle, conectando destinos turísticos de playa y sitios arqueológicos.

El tramo más controversial atraviesa una franja de más de 110 kilómetros de selva entre los centros turísticos de Cancún y Tulum.

Del Río dijo que el recorrido que atraviesa la selva debería eliminarse y el tren debería construirse sobre la carretera costera entre Cancún y Tulum, como se había planeado originalmente.

López Obrador eliminó la ruta de la autopista después de que los propietarios de hoteles expresaran sus objeciones, y de que el costo y las interrupciones del tránsito se convirtieran en una preocupación.

“Lo que queremos es que eventualmente se cambie el trazo del lugar. Por la evidencia arqueológica que hay en este lugar y su importancia”, comentó Del Río. Añadió que el gobierno mexicano debería “sacarlo de ahí… ponerlo como se había dicho antes sobre la carretera federal”, destacando que eso “ya está impactado, ya esta devastado”.

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