Basta de doble discurso, exige el Supremo Consejo Maya de Yucatán
MÉRIDA, Yucatán.- El Supremo Consejo Maya de Yucatán exigió el reconocimiento de las autoridades federales y estatales, a las que les pidió que dejen de lado el doble discurso y ya no permitan el surgimiento de asociaciones que se dicen indígenas, pero solo velan por sus propios intereses.
Felipe Neri Espinosa Herrera, líder del Supremo Consejo Maya de Yucatán, lamentó que dependencias del Gobierno del Estado violen los derechos humanos de los mayas de Yucatán, pues los ignoran, discriminan, humillan y se niegan a dar respuesta a sus peticiones.
«Encima evitan que el Supremo Consejo Maya sea reconocido como sujeto de derecho público», deploró Felipe Neri.
En una denuncia pública, demandan que se decrete como legítimo el Primer Supremo Consejo Maya de Yucatán. También plantean las siguientes peticiones:
-Que se respeten los derechos electorales de los mayas como mexicanos, ciudadanos y originarios, para todos los cargos de elección popular.
-Les brinden un apoyo para obtener un RFC y puedan ejercer recursos.
-Los acepten ser sujetos a la fiscalización de recursos.
-Reconozcan el Acorad-Sucomayu como suficiente para sustentar su libre determinación y autonomía.
-Les otorguen la calidad de donatario y puedan obtener recursos económicos y materiales oficial y particular, porque el humano lo tenemos.
-Gestionen ante el INPI (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas) la cédula de la Gubernatura Indígena 2020-2024.
-Analicen, aprueben y gestionen el presupuesto anual del Supremo Consejo Maya.
-Nos devuelvan la Casa del Pueblo para del Sucomayu.
Adicionalmente, criticaron al Gobierno del Estado «porque sin tener facultades ni atribuciones giró instrucciones al sumiso Congreso local y éste enseguida determinó una redistritación sin tener parámetros razonables».
El INE solo obedece, lamentó Felipe Neri.
«El mal gobierno solo supervisa baches y entrega caridad a los mayas originario. Trae más empresas y apoya a otras con recursos a fondo perdido. Los mayas somos esclavos, trabajamos de sol a sol hasta 16 horas, desde que pase el camión a recogerlos en los municipios, con sueldos de miseria, sin tener vida familiar y social», deploró.