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Miles de católicos despiden a Benedicto XVI en el primer día de sus funerales

CIUDAD DEL VATICANO (AP).- El cuerpo del papa emérito Benedicto XVI, con la cabeza descansando sobre un par de almohadas rojas, yacía en la Basílica de San Pedro el lunes mientras miles personas hacían una larga fila para despedir al pontífice que sacudió al mundo con su decisión de retirarse hace una década.

En la víspera de los primeros tres días de velatorio, funcionarios de seguridad italianos habían dicho que al menos entre 25.000 y 30.000 personas acudirían el lunes. Pero para el final del primer día, unas 65.000 personas habían pasado junto al féretro, informó el Vaticano.

Al amanecer, 10 caballeros pontificios con guantes blancos —asistentes laicos de los pontífices y las casas pontificias— llevaron el cuerpo en una camilla de madera cubierta de tela tras su llegada a la basílica hasta su lugar de descanso frente al altar mayor, bajo el imponente baldaquino de bronce de Bernini.

Un guardia suiza saludó mientras el cuerpo ingresaba por una puerta lateral después de que fue transferido en una furgoneta desde la capilla del monasterio donde falleció a los 95 años, el sábado por la mañana.

Su secretario de muchos años, el arzobispo Georg Gaenswein, y un puñado de laicas consagradas que sirvieron en la casa de Benedicto XVI, siguieron a pie la furgoneta durante unos cientos de metros en una procesión silenciosa hacia la basílica. Algunas de las mujeres extendieron una mano para tocar el cuerpo con respeto.

Antes de que se permitiera la entrada de los feligreses de a pie a la basílica, se recitaron oraciones y el arcipreste de la basílica, el cardenal Mauro Gambetti, roció agua bendita sobre el cuerpo, y una pequeña nube de incienso fue arrojada cerca del féretro. Benedicto XVI tenía las manos entrelazadas y un rosario entre los dedos.

Poco después de las 9 de la mañana, las puertas de la basílica fueron abiertas de forma que el público para que presentaran sus respetos al fallecido pontífice, que se retiró del papado en 2013, el primero en hacerlo en 600 años. Algunas personas de la fila aguardaron horas en la neblina antes del amanecer.

Formado por feligreses y curiosos, el público subió a paso ligero por el pasillo central para pasar junto al féretro con sus telas después de esperar en una fila que a media mañana serpenteaba alrededor de la Plaza de San Pedro.

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