Yucatán

Celebrarán el natalicio de Elvia Carrillo, empoderadora de las mujeres de Yucatán y México

Por: Tony Chalé/La Opinión Ciudadana

MOTUL, Yucatán.- Mañana 30 de enero, el Ayuntamiento de esta ciudad celebrará el aniversario del natalicio de Elvia Carrillo Puerto a las 6 p.m. en la plaza civica. Las mujeres como agente de cambio.

Aqui una reseña de quien fue Elvia Carrillo Puerto y los motivos de su incansable lucha:

Un factor y agente de cambio en las decisiones actuales de Gobierno son las mujeres. Hoy en dia el poder de participación femenil en una justa electoral es del 53% Es decir que el voto de la mujer puede decidir quien nos gobierna o quien ya no quieren que las gobierne. Este dato que es actual esta directamente relacionado con la lucha de Elvia Carrillo Puerto, la “Monja Roja del Mayab», quien se enfrentó al machismo de socialistas y capitalistas en su lucha por lograr que las mujeres tuvieran derechos políticos plenos.

La conquista de derechos por parte de las mujeres ha sido una historia de arduas luchas, algunas de las cuales tomaron muchos años y requirieron de la entrega de vidas completas. Este es el caso de Elvia Carrillo Puerto, quien logró que las mujeres pudieran emitir su sufragio, abriendo las puertas a una mayor participación política de la mujeres, hoy un 53% de la lista nominal del estado de Yucatan son mujeres.

Elvia Carrillo Puerto nació el 30 de enero de 1881 en Motul, Yucatán. Fue considerada autodidacta, aunque se formó en la escritura con la maestra y poetisa Rita Cetina Gutiérrez, quien difundía su ideario feminista en la revista La Siempre Viva.

Debido a la importancia que tuvo para su formación, años más tarde bautizaría su círculo feminista con el nombre Rita Cetina Gutiérrez. También se sabe que tanto en ella, como en su hermano Felipe, tuvieron una fuerte influencia de un sacerdote anarquista llamado Serafín García.

Elvia Carrillo fue una mujer amante del conocimiento. Desde su juventud prefería la lectura y la música antes que las diversiones juveniles. Gracias a su maestra, Elvia pudo trabajar y convertirse en una mujer independiente. Todas estas experiencias marcaron profundamente a Elvia, quien anhelaba que las mujeres pudieran gozar de los mismos derechos que los hombres.

En 1910 participó como espía en el Plan de Dzelkoop, el cual fue conocido como la chispa que abrió el fuego de la Revolución Mexicana. En dicho movimiento, la clase trabajadora se levantó contra el gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Aristegui, quien era un títere de la oligarquía henequenera porfirista en la península. Tiempo después se unió al movimiento antireeleccionista de Francisco I. Madero y fundó una organización de campesinas, quizá la primera en la historia de México.

Con la llegada del gobierno estatal de Salvador Alvarado, Elvia Carrillo Puerto pudo participar en el Segundo Congreso Feminista de Yucatán. En marzo de 1918 también participó en el Congreso Obrero de Motul junto a Rosa Torres, su compañera de lucha y quien se convertiría en la primera mujer en lograr un cargo de elección popular. En dicho congreso experimento el conservadurismo y misoginia de los socialistas, quienes tampoco estaban abiertos a la participación política de las mujeres.

Meses después, respaldada por el presidente Venustiano Carranza, Elvia fundó la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez, cuya principal meta era lograr que las mujeres pudieran participar en las elecciones legislativas. La liga se convirtió en un movimiento exitoso de mujeres, principalmente en Yucatán, donde se fortalecería con el triunfo de Felipe Carrillo Puerto como gobernador.

Una vez con Felipe Carrillo Puerto en el poder, la Liga Feminista Rita Cetina Gutiérrez se integró al Partido Socialista del Sureste y Elvia se convirtió en la presidenta oficial del movimiento. Una de las principales labores de Elvia –quien tenía por compañeras de lucha a una gran cantidad de maestras–, fue trabajar en la alfabetización y mejora de las condiciones de vida de hombres y mujeres de todas las clases sociales de Yucatán. Para lo anterior, se establecieron 65 ligas locales, se fundó una escuela nocturna femenil y otra de educación continua mixta. Como órganos de difusión, la Liga fundó dos revistas, Feminismo y Rebeldía, y se realizaron campañas de información para las mujeres sobre sexualidad, salud e higiene. Gracias a su organización y lucha, logró que su hermano aceptara el vacío legal en la Constitución para que las mujeres pudieran votar y ser votadas en Yucatán.

En 1922, el Partido Socialista del Sureste postuló a Rosa Torres, quien se convertiría en la primera regidora de Mérida. Un año más tarde, en 1923, Elvia, Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero se postularon por el mismo partido y se convirtieron en las primeras diputadas locales de México.

Con el golpe de estado y posterior fusilamiento de Felipe Carrillo Puerto, Elvia fue hostigada tanto por la cúpula socialista y como por el gobierno impuesto de Adolfo de la Huerta.
En junio de 1924, Elvia Carrillo Puerto y sus compañeras se vieron obligadas a dejar sus cargos de elección popular.

Un año más tarde, el presidente Plutarco Elías Calles ayudó a que Elvia Carrillo Puerto se instalara en San Luis Potosí, donde la elección de las mujeres ya era ley. Una vez postulada al congreso local, Elvia ganó. Sin embargo, su elección se anuló, pues los callistas temían que las mujeres cristeras llegaran al poder.

Ante lo sucedido en San Luis Potosí, Elvia se dirigió a la Ciudad de México y fundó la Liga Orientadora Feminista Socialista, donde organizó a las mujeres trabajadoras de las secretarías de gobierno. Posteriormente, el movimiento se convirtió en la Liga de Acción Femenil, cuya meta era que las mujeres por fin tuvieran derechos políticos plenos.

Se sabe que se realizaron varios intentos para que se lograra la reforma del articulo 34 constitucional durante el Maximato. Sin embargo, ni con el gobierno de Lázaro Cárdenas se avanzó en la reforma, ya que se temía que el clero adquiriera poder a través de las mujeres católicas.

En 1941, Elvia Carrillo Puerto, la “Monja Roja” cesó su activismo debido a una accidente de tránsito que la dejó parcialmente ciega. Sin embargo, Elvia fue testigo de los primeros frutos de su lucha colectiva cuando en 1947 se aprobó el derecho político de las mujeres a votar y a ser votadas en las presidencias municipales. En 1953, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se modificó y finalmente las mujeres adquirieron una ciudadanía plena. Elvia falleció el 15 de abril de 1968 en la Ciudad de México.

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