Mérida

Doña Herme recupera un momento que le «robaron» hace 30 años en el mercado Lucas de Gálvez

MÉRIDA, Yucatán.- Hace 30 años, cuando aún era estudiante de periodismo, nuestro director general, René Duperón, fue al mercado Lucas de Gálvez a tomar imágenes para sus clases de fotografía con el maestro Gerardo Rodríguez Arcovedo, mejor conocido como «El Lobo».

Durante esa visita al conocido también como Mercado Grande le llamó la atención una vendedora de hortalizas que, por sus rasgos, era muy diferente a las demás marchantas. Su aspecto era más de tolteca que de maya, tal vez descendiente de aquellos toltecas prehispánicos, los itzaes, que trajeron al Mayab el culto a la serpiente emplumada (Quetzalcóatl) que aquí se conoce como Kukulcán.

La fotografía se tomó con una cámara reflex, con un rollo en blanco y negro especial para revelar en el laboratorio de la escuela, el Instituto de Estudios de la Comunicación de Yucatán.

Durante 30 años el periodista René Duperón conservó la foto en sus archivos hasta que hace 15 días pasó por el mismo pasillo donde captó la imagen, y ahí estaba la vendedora, a la cual decidió entregarle hoy la fotografía.

Al ver la imagen, donde Hermelinda Cauich, como se llama, enseguida se reconoció, pero lo que más le llamó la atención fueron las hortalizas que vendía en esos momentos. Fue lo que comentó para ubicar la foto en el tiempo y el espacio.

«Es usted, doña Herme, pero cuando estaba joven», «¿cuándo le tomaron esa foto?», «Qué bien salió doña Herme», le decían sus compañeros y compañeras de venta.

La entrega de la foto se hizo en medio de aplausos y rechiflas festivas. Ahí estaban también el esposo de doña Herme y uno de sus nietos, de 15 años y estudiante en el Seminario Menor.

Doña Herme platicó que vive en Komchén y actualmente tiene 69 años de edad, de los cuales 36 ha dedicado a ser vendedora en el mercado Lucas de Gálvez.

Tuvo 12 hijos, de los cuales le sobreviven 11. Se casó y enviudó, pero desde hace más de 20 años comparte la vida con un vendedor del mercado.

Algunas de las hortalizas que vende las cultiva su hijo en Komchén y otra las compra. Si van al Mercado Grande, no duden en comprarle, ya que doña Herme no piensa aún en el retiro y quiere seguir vendiendo por muchos años en el pasillo donde tiene su puesto desde hace 36 años.

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