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Vence la discapacidad y las drogas: joven con parálisis cerebral abre su propia tortillería

Y tú que te quejas porque no te cumplen tus caprichos de niño/niña de esta generación cristal. A Beto la vida no se cansó de golpearlo, pero se levantó y hoy es un emprendedor de titanio

SEYÉ, Yucatán.- Beto nació y creció con todo en contra, así que era inevitable que tocara fondo, pero una vez que lo hizo comenzó a subir y hoy es un emprendedor en su natal Seyé, tras superar sus limitaciones físicas y una adicción a las drogas y el alcohol.

Hoy de 22 años, Edwin Alberto Palomo Tec, más conocido como Beto, nació con parálisis cerebral espástica y los médicos diagnosticaron que no caminaría.

Durante su niñez y adolescencia, Beto sufrió de bullying y marginación de la gente, a causa de su discapacidad. Este rechazo lo orilló al vicio del alcohol y las drogas hasta que tocó fondo y decidido salir adelante en la vida con la ayuda de su madre y de su abuela.

«Los médicos me dijeron que no iba a poder caminar ni llevar una vida normal, pero decidí demostrarle a la vida que sí podía salir adelante y lo principal es que creí en mí», recuerda Beto.

«Primero comencé a vender tortillas como empleado, con duro esfuerzo logré caminar y hasta manejar una motocicleta, aunque parezca broma un libro de superación que leí me motivó a perseguir mi sueño de ser el dueño de mi propio molino», asegura.

«Mucha gente me decía que estaba loco al querer poner una tortillería sin dinero; luego atravesamos una pandemia, pero eso no me detuvo al contrario; debido a que muchos no podían salir a comprar sus tortillas a mí me fue muy bien en el empleo y gracias a Dios no me enfermé de Covid-19 y pude juntar algo de dinero», recuerda.

Ahora ya abrió su propia tortillería, llamada “El Tío Goyo” en honor a su abuelo, que está ubicada en la calle 25 entre 34 y 36, en la colonia San Antonio de Seyé. «Tengo fe en que mi negocio crecerá aún más con el apoyo de las personas».

Doña Rosa Tec, madre de Beto, está muy orgullosa de sus hijos y más de Beto, porque logró su negocio y dar trabajo a dos personas más.

“Es una bendición tenerlo a mi lado, no hay nada imposible, todo se puede en esta vida”, indica doña Rosa.

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