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El difícil camino de los tratamientos terapéuticos con canabbis en Yucatán

Más que amparos, que son como los «detentes» o escapularios de AMLO, lo que necesitan son las autorizaciones para cultivo, industrialización y venta. Con ellas ofrecen que harán crecer 6% el PIB nacional.

MÉRIDA, Yucatán.- Aunque Ricardo García, director de Cultura Semilla, es promotor del uso terapeútico de la canabbis, no recreativo, las autoridades le han dado trato de «mini-narco», como si fuera distribuidor de drogas que «envenenan» a los jóvenes, y ha tenido que cumplir sus arrestos administrativos, nada más hasta ahí, pues no le pueden sostener la acusación.

Por eso ahora anda, como si fuera un escapulario, una copia plastilizada de la autorización que vía amparo le otorgó la Cofepris, aunque aclara que es un permiso colectivo, que protege a varias personas.

Es un «detente» que lo acompaña cuando acude a dar pláticas, a impartir talleres sobre el uso terapéutico de la marihuana o a dar entrevistas como la que ofreció a este medio, a la que llegó con su camisa «canábbica» (de hojas de canabbis), una greña de la yerba sin semilla y dos muestras de los derivados que se podrían usar en el tratamientos.

Como todo un experto, pues desde el 2019 esto se volvió su modo de vida, Ricardo afirma que el CBD inhibe las células del cáncer, pero el THC las destruye. Tanto el CBD como el THC son canabbinoides que se utilizan en tratamientos terapéuticos, no medicinales, aclara el director de Cultura Semilla.

«El CBD, que es mucho menos concentrado que el THC, se utiliza para padecimientos como fibromialgia, autismo, hiperactividad, epilepsia y dolores crónico», explica Ricardo, quien es muy claro sobre su actividad.

«No promovemos bajo ningún contexto la venta de materia vegetal (la yerba) así como su uso lúdico o recreativo (sentarse a fumar un porro), sino que promovemos el uso de las autorizaciones sanitarias así como el uso medicinal», asegura.

Actualmente los avances en las autorizaciones para el uso medicinal de la planta están detenidos, y sus promotores como Ricardo ven un panorama pesimista, al menos en este sexenio, pues el presidente López Obrador tuvo miedo de arriesgar su capital político, pese a que la legalización fue una de sus banderas.

Los mexicanos no podemos cultivar la planta con fines medicinales/terapéuticos, tenemos que importar la materia prima de Canadá, porque es lo único que permite nuestro gobierno, lamenta Ricardo García.

«Si se permitiera el ciclo completo de la producción, industrialización y venta, México podría elevar su Producto Interno Bruto (PIB) hasta en un seis por ciento», afirma.

Por ahora, en Yucatán tendrán que seguir enfrentándose a detenciones como la que ocurrió en enero pasado, durante el evento denominado «Roscanabbis», cuando agentes de la Policía Estatal de Investigación irrumpieron en ese evento cultural y detuvieron a los organizadores.

También no será posible erradicar cateos como el que sufrió Ricardo en su domicilio, donde por recelo de vecinos, pero más que nada por desconocimiento, denunciaron que vendía marihuana.

Un tiempo después una de esas denunciantes recurrió a Ricardo por el padecimiento incurable de un familiar, y no solo le pidió disculpas sino que se convirtió en fiel seguidora de los tratamientos terapéuticos, a tal grado que es una de las mejores promotoras y ha recomendado a varias personas.

Para más información sobre estos tratamiento terapéuticos busca la cuenta de Cultura Semilla en Facebook.

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