Por presión social, proceden contra la mafia que explota mujeres y niños chiapanecos en Mérida
MÉRIDA, Yucatán.- Luego de permitir la explotación de mujeres y niños chipanecos durante varios años, la autoridad despertó luego de la muerte del pequeño Iker, y detuvo al principal cabecilla de los explotadores de indígenas de Chiapas en Yucatán: Lo acusa de mininarco y lo tendrá en la “sombra” hasta que le liberen orden de aprehensión por trata de personas.
Se trata de Mario P.L., quien desde años ha explotado a niños y mujeres, entre ellos Iker, a quien una conductora, a la que presuntamente la autoridad encubrió, lo atropelló y mató.
De acuerdo con denuncia que no llega a la redacción, la familia P.l., coludida con jefes de la SSP y personal de la Dirección de Gobernación del Ayuntamiento, organiza y controla a los grupos de chiapanecos, hombres, mujeres y niños, que ejercen diversas actividades, como vendedores de ropas y artesanías, cigarros y dulces, mendigos, malabaristas y hasta como boleros.
Los traen de Chiapas, donde no hay trabajo y vienen en busca de mejores oportunidades de vida y para mandar dinero a sus familias que se quedan en sus lugares de origen.
De acuerdo con la denuncia contra Mario, se supo que los oficiales de la corporación policiaca estatal le piden $20 mil para que no lo procesen por traer de Chiapas a menores de edad para que los ponga a trabajar en Mérida.
Los chiapanecos, que también se dedican a la venta de comida en puestos callejeros, desde hace años afrontan problemas con los comerciantes formales de artesanías, que se quejan de competencia desleal.
Viven hacinados en “cuarterías” o vecindades del centro de Mérida, ubicadas en los alrededores del parque de San Juan, San Sebastián, Mejorada, en la calle 50 y en la 63, a esquina y media del palacio municipal y a dos del estatal. TODOS lo saben.
Incluso ya tienen una vivienda que rentan por la zona de Altabrisa, para que pueden moverse más rápido hacia los codiciados cruceros de la rica zona norte de Mérida.
Mario es uno de los líderes de los chiapanecos y lo han procesado por delitos contra la salud, pues su actividad de comercio ambulante, les permite, disimuladamente, distribuir enervantes.
Mario, quien explotaba a Iker, junto con otros niños, operaba al amparo y protegidos por agentes de la SSP y personal de mercados del Ayuntamiento de Mérida.
Se espera que el caso de Iker no trascienda más que por las redes sociales, porque al haber pasado más de 48 horas para poner a disposición de las autoridades del Ministerio Público a la mujer que lo atropelló, para que cuando llegue ante un juez de control la Carpeta de Investigación, no represente problema alguno.
Comienza la historia y la persecución mediática y por un tiempo contra la mafia chiapaneca que explota a niños: No va a pasar nada si no hay leyes que impidan esa explotación, pero como los niños no votan, nadie se ocupa de ellos, como lo hace el PEJE con los abuelitos, los NINIS, que no trabajan, son vagos, pero votan a cambio de unos pesos.