Traiciones, golpes bajos y lluvia de lodo por las candidaturas en Morena Yucatán
Rogerio Castro no está dispuesto a bajarse una segunda vez para dejarle el paso libre a Joaquín Díaz Mena. Ya lo hizo en el 2018 y le dijeron que la suya en el 2024. Ahora quiere que le cumplan.
MÉRIDA, Yucatán.- Hace cinco años, a punto de que comenzaran las campañas electorales, Rogerio Castro Vázquez, quien ya estaba asegurado como candidato de Morena a la gubernatura de Yucatán, se bajó para darle oportunidad a Joaquín Díaz Mena, quien renunció al PAN al no conseguir la candidatura a ese cargo.
Creyendo que Díaz Mena tenía un gran capital político, en automático le dieron entrada por la puerta grande, a él y a su grupo político, pero no hubo el cisma que esperaban en el PAN y tampoco Díaz Mena ganó.
El PRI abanicó también la postulación de Huacho Díaz, pues le convenía que el voto opositor se dividiera, pero al final no hubo ninguno de los escenarios que esperaban Morena y el tricolor.
Aunque no ganó, a Díaz Mena lo nombraron «superdelegado» del gobierno federal en Yucatán, un puesto que se creó para promover las aspiraciones de aquellos morenistas que no ganaron en el 2018, pero que mediante el uso de los programas y apoyos federales pudieran posicionarse para dar la pelea en el 2024.
Díaz Mena no solo no consiguió convertirse en un poder alterno al gobernador Mauricio Vila, sino que también dilapidó su capital político con escándalos, denuncias de maltrato a los empleados del Bienestar y actos de corrupción.
Si bien las encuestas lo ponen arriba entre los aspirantes morenistas a la gubernatura de Yucatán, Rogerio Castro se le planta encima y quiere que cumplan los acuerdos que se hicieron en el 2018, cuando el secretario general del Infonavit se bajó en ese entonces con la promesa de que la siguiente, es decir la del 2024, es la suya.
Por eso la desesperación de Castro Vázquez de figurar, aunque para esto tenga que violar la ley con actos anticipados de campaña y con promoción en espectaculares por los que ya tiene denuncias en contra.
Las metidas de pie están a la orden del día en el proceso de selección de candidatos de Morena, y las cosas se complicarán en los meses siguientes, cuando traten de buscar cabida políticos que no hayan conseguido hueso en el PAN o en el PRI.