La batalla de Rommel Pacheco por la gubernatura, tan perdida como sus medallas olímpicas
No conforme con la dosis en el Centro Siglo XXI, donde le negaron el aplauso y hasta lo abuchearon, ahora va por una segunda cucharada participando en la encuestas del PAN para gobernador.
MÉRIDA, Yucatán.- Desesperados aunque no figura como aspirante a gobernador, Irak, el hermano de Rommel Pacheco Marrufo, hace campaña y cree que con las redes sociales puede ganar la encuesta, en la que no votarán los bots con los que impulsa sus videos de TikTok y sus ridiculeces, sino yucatecos con mucho criterio que por supuesto ni por asomo se inclinarían por el ex clavadista.
A sabiendas de que es una guerra perdida, como lo fueron para él las medallas olímpicas, Rommel Pacheco desgasta sus último suspiros donde sí sabe moverse muy bien, las redes sociales, pero solo con ayuda de bots que se encuentran quién sabe en qué parte del planeta, pero sin duda no están en Yucatán.
Su hermano Irak está circulando el mensaje vía whatsapp, donde repite la misma cantaleta que dice Rommel una y otra vez: que es un representante joven, con visión y sin miedo blablablabla.
Los ciudadanos de Yucatán ya le dieron la semana pasada su primera dosis a Rommel Pacheco, cuando no solo le negaron el aplauso sino hasta que recibió incipientes abucheos en el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XX, cuando lo presentaron durante el informe de Renán Barrera.
La gente no le perdonó sus coqueteos con Morena y sus afrentas al PAN, además de las sandeces que dijo en redes su pareja Lylocyv, quien aseguró que Rommel es el mejor político que ha tenido Yucatán en los últimos 100 años.
La falta de aplausos y la abucheada le dolieron tanto a la «diva» Pacheco que se salió del informe y dijo que estaba enfermo, incluso subió a sus redes una foto donde supuestamente estaba en el hospital. Nunca estuvo enfermo, solo le dio diarrea a su orgullo que quedó tan maltrecho que tuvo que apapacharlo el gobernador.
No conforme con esa dosis, todavía se atreve a participar en la encuesta para la gubernatura. La segunda cucharada será más amarga, con chance y jamás vuelva a salir del baño.