Policía

Expondrán a la juez que liberó al rejoneador Rodrigo Santos, pese a que cometió intento de feminicidio

La víctima María Inés Rivera ofrecerá una rueda de prensa en la que presentará pruebas contra el potosino, y exhibirá a la juez por presunta corrupción.

MÉRIDA, Yucatán.- María Inés Rivera Castro presentará públicamente pruebas de la violencia física, psicológica y sexual que ha recibido por parte del rejoneador Rodrigo Santos Alonso Quintanilla, y también expondrá la falta de criterio de la juez Suemy del Rosario Lizama Sánchez por no juzgar con perspectiva de género y dejar libre a un feminicida en potencia.

La agraviada ofrecerá mañana al mediodía una conferencia de prensa en la que también denunciará la presunta complicidad de la Policia Estatal de Investigación en el caso.

Con descaro y sin disimulo, el sábado pasado la mencionada juez cambió el delito de tentativa de feminicidio por el de violencia familiar y liberó el rejoneador Rodrigo Santos.

Apenas la semana pasada esta juez imputó por tentativa de feminicidio a Alain Adán P.B., quien intentó ahorcar a su mujer porque le descubrió unos mensajes comprometedores en el celuar. El rejoneador hizo lo mismo y le cambió el delito. Dos pesas y dos medidas.

La juez le impuso al rejoneador medidas cautelares diversas a la prisión y lo dejó libre al sólo imputarlo por violencia familiar.

Durante una audiencia que tardó varias horas, la sesión estuvo custodiada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y estaban presentes el asesor jurídico de la agraviada, personal de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas y la denunciante María Inés Rivera

El abogado defensor del rejoneador, César Hau González, dijo que su cliente nunca fue notificado en ninguno de sus domicilios en San Luis Potosí y que, curiosamente, fue detenido en ese estado un día antes de su retorno a sus actividades ecuestres después de unos años de inactividad.

MINIMIZA LAS ACUSACIONES: La juez Lizama Sánchez minimizó los hechos que se le acusan a Rodrigo Santos, pues se querelló todo tipo de violencia en su contra, en por lo menos cuatro ocasiones.

El acusado se reservó el derecho a declarar y la fiscal solicitó que se le imponga la medida cautelar de prisión preventiva, cosa que no tomó en cuenta la juez de la causa, quien lo dejó libre y le ordenó al acusado no salir del país sin autorización judicial y comunicarse por cualquier medio, WhatsApp, redes sociales, celular, etc., con la víctima.

Pero extrañamente la juzgadora negó la prisión e imponerle un brazalete electrónico (no radica en Yucatán), incluso no le quitó la Visa y el pasaporte. La audiencia de vinculación se programó para el miércoles 16 de agosto.

LAS ACUSACIONES: Entre los hechos que le imputan a Santos está que la esposa yucateca del sujeto, que en ese tiempo tenía 33 años, con la que contrajo matrimonio el 4 de enero del 2018, lo denunció porque trató de ahorcarla cuando el potosino estaba bajo los influjos de la cocaína.

El primer ataque ocurrió el 15 de abril del 2018, a las 9 horas, en una casa de la calle 9 entre 22 y 22 A de la Colonia Maya, cuando Rodrigo le pidió que hablara con su plomero y la mujer le dijo que llegaría en un momento, pero el prepotente rejoneador estaba muy alterado, porque quería que en ese momento se pusiera la regadera, de modo que empezó a insultarla y el dijo puta pendeja, no sabes hacer nada, no puedes resolver nada” y la agarró de los brazos y aventó, de modo que cayó de las escaleras hasta el descanso.

Luego la sujetó del cuello, la levantó del piso y la aventó nuevamente, cayendo por los últimos escalones boca arriba.

En eso se acercó, la jaló del cabello y la pateó, al tiempo que empezó a tirar cosas de la mesa y le aventó un adorno de vidrio a sus pies, cuyos restos le cortaron un poco.

SEGUNDO ATAQUE: El 14 de agosto, en horas de la madrugada, el centauro, cuando estaba ebrio comenzó a besar de manera insistente a la mujer y ella le dijo que no la tocara porque recientemente había sufrido un aborto, pero Rodrigo le dijo que no le importaba, que tenía que darle un hijo y como ella se opuso rotundamente a tener relaciones sexuales, porque el doctor le recomendó que no se embarazara pronto, comenzó a golpearla.

El 15 de agosto, María Inés vio que en su closet había una tapa de bolígrafo con residuos blancos, como de talco, y después vio más tapas con las mismas características y le preguntó a su esposo si consumía cocaína, éste lo negó y se puso agresivo, comenzó a discutir y atacarla, porque la empujó contra la pared, para luego retirarse.

Ese mismo día, a las 20 horas, María Inés estaba en el cuarto de servicio de la segunda planta de la casa y Rodrigo regresó muy agresivo y comenzó a discutir nuevamente; la agarró del cuello de la blusa y le dijo que en una de esas la aventaría por la ventana y rompió el miriñaque; posteriormente trató de ahorcarla, pero como no logró su objetivo la soltó.

Poco más tarde, María Inés estaba en el sillón de la sala con su perro y Rodrigo en el comedor, ingiriendo cervezas. En un momento dado, con una llave empezó a inhalar polvo blanco, en cuatro ocasiones, y de pronto le dijo que se drogara con él y, al oponerse, éste se levantó de donde estaba y se acercó a ella, la tomó del brazo y en el cuello le puso un arma blanca, de las que usan los toreros para picar sus toros, parecida a un puñal y la amenazó con matarla si no se drogaba con él: “Le voy a hablar a dos amigas para que vengan a la casa y vamos a coger los cuatro, pero quiero que te enfiestes conmigo”, le dijo.

La soltó y le puso la droga en la nariz y en vez de aspirar, exhaló y el polvo blanco se cayó; él volvió a agarrar más y se lo puso en la nariz y le insistía en que lo inhale, porque si no la mataría.

Como la denunciante le dijo que sí, pero que fueran a la mesa de comedor, en un descuido corrió al cuarto, tomó su celular y en eso el potosino le dijo que tenía a su perro, que si no abría la puerta lo iba a matar, por lo que accedió.

Después se lanzó contra ella, forcejearon, soltó el puñal, y al inclinarse para recuperarlo salió de la habitación, agarró a su perro, tomó su bolso y corrió hasta su coche, para huir del lugar.

El 16 de agosto, a las 13 horas, ante otra discusión comenzó a ofender de nueva cuenta a la denunciante, al tiempo que la empujó y cayó, por lo que como pudo se levantó y corrió para subir a la habitación donde siempre se encerraba; sin embargo, su marido corrió detrás y la volvió a jalar, perdiendo el equilibrio de nueva cuenta, pero como lo empujó y cayó, el rejoneador se incorporó y se retiró del lugar.

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