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Impuesto rosa: ¿Por qué las mujeres pagan más que los hombres por productos similares?

NUEVA YORK.- En noviembre del año pasado, el planeta alcanzó los 8.000 millones de habitantes, según estimaciones hechas por Naciones Unidas. La población mundial llegará los 8.500 millones en 2030; y las mujeres tendrán más patrimonio neto que los hombres y, por tanto, mayor capacidad de gasto.

Actualmente, existen diferencias entre el consumo de hombres y mujeres. En diferentes mercados y categorías de productos, por ejemplo, existe el llamado “impuesto rosa”. Una tendencia frecuente en productos de cuidado personal o de moda, por citar algunos, cuyos precios para mujeres son más altos que el que pagan los hombres.

La evaluación realizada por el Centro de Investigaciones de Economía y Negocios Globales (CIEN) de ADEX precisa que solo la categoría de productos para el cuidado de piel, en el sector de cuidado personal (que reportó ventas por 504 mil millones de dólares), abarcó el 28% de las ventas en 2021, a diferencia de otros años. Este segmento incluye productos para el cuidado del rostro y cuerpo, protección solar y cuidado de la piel de bebés y niños, del cual, el 84% de compras fue realizada por el género femenino.

Si bien algunas investigaciones muestran diferencias en productos para hombres y mujeres, que condicionan el precio, eso no determina que el “impuesto rosa” no exista en algunos mercados y categorías. Esa forma de fijación de precios, en muchos países sí se da en productos de higiene femenina, lo que motiva incluso el debate público y legislativo.

“Muchas veces el marketing y la cultura impulsa a que las mujeres compren más gamas de productos para un adecuado y “social” cuidado personal. Eso genera que la canasta de ese tipo de bienes sea más grande en las mujeres. Podrían los productos, incluso tener el mismo precio que el de los hombres, pero se compran más productos frente a ellos. También algunas marcas han pensado que las mujeres están dispuestas a pagar un poco más por un producto exclusivo, pero no es un tema de género sino de marca. Lo que repercute en el gasto”, precisa Willard Manrique.

Muchas marcas han convencido a la sociedad de que los productos comercializados por género son diferentes. “Usted no es biológicamente igual, por lo tanto, sus necesidades personales también son diferentes. Por esa razón, los hombres y las mujeres tienden a optar por productos que coincidan con su género, incluso si son más caros. Ese es el mensaje que se sigue vendiendo, por ende, las diferencias económicas radican en el precio”, indica un especialista.

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