Portada secundariaYucatán

Prometedor proyecto: la Conafor promueve el cultivo de la vainilla en un ejido de Maxcanú

El ejido Miguel de la Madrid se busca recuperar la grandeza de este producto que se utiliza desde tiempos prehispánicos.

MÉRIDA, Yucatán.- Un prometedor y sustentable proyecto se ha puesto en marcha en una zona de Maxcanú: el cultivo de la vainilla, un saborizante obtenido de los frutos beneficiados de una planta de origen mexicano cuyo nombre científico es Vanilla planifolia.

En días pasados, en el ejido Miguel de la Madrid, municipio de Maxcanú, se impartió el taller “Aprovechamiento forestal no maderable a través del establecimiento y cultivo de la vainilla”. El taller fue financiado por la Comisión Nacional Forestal a través del programa Apoyos para el Desarrollo Forestal Sustentable 2023.

El ejido Miguel de la Madrid y la asociación civil P.I.M.V.S. Tumben Kuxtal, como asesor técnico, sometieron a dictamen la propuesta técnica con el objetivo de capacitar e introducir el cultivo de la vainilla en sistemas agroforestales como lo son el solar y para la producción de germoplasma alrededor de un cuerpo de agua que se encuentra dentro del ejido.

Las necesidades de capacitación fueron las siguientes:

-La vainilla (Vanilla planifolia) es una especie forestal no maderable protegida que se encuentra incluida en el Plan de Manejo de la UMA “Miguel de la Madrid”, pero se requiere de los conocimientos para la producción adecuada de la especie dentro de la UMA.

-La vainilla es una especie trepadora que puede establecerse en sistemas de acahuales (bajo sombra). En la región y dentro del ejido existe la especie ts’itsilché (Gymnopodium floribundum), que se ha visto que favorece el buen desarrollo de la vainilla como árbol tutor y como productora de materia orgánica.

-El cultivo de la vainilla es una actividad de bajo impacto que tenderá a conservar y proteger la biodiversidad de los acahuales de selva baja caducifolia presentes en el ejido.

El instructor fue el biólogo David Moreno Martínez, de Xalapa, con maestría en ecología tropical por la Universidad Veracruzana, quien tiene más de 10 años de experiencia en el cultivo, manejo y aprovechamiento de la Vanilla planifolia y orquídeas en general, manejo de vida silvestre, transferencia de tecnologías y ecotecnias. El experto es instructor con experiencia nacional e internacional en vainillas.

Se cubrieron diversos temas como: ¿Qué es eso de la vainilla?; especies, variedades y cultivares de vainilla; historia natural de la especie; cultivo de la vainilla en México; sistema de cultivo de la vainilla; planeación de un cultivo de la vainilla; manejo y mantenimiento de una plantación; nutrición; preparación y estimulación para floración; polinización, desarrollo de fruto y cosecha; plagas y enfermedades y caída del fruto.

El biólogo Moreno Martínez comentó que la vainilla era utilizada por las antiguas civilizaciones mesoamericanas y era recolectada de las selvas del sureste mexicano. Los aztecas la llamaban Tlilxochitl, los Totonacos Xanath y los mayas sis bic. En el México prehispánico la vainilla era utilizada para aromatizar el Xocolatl, que se mezclaba junto con el cacao, la miel, el maíz y hasta algunas especies como chile y achiote formaban esta prodigiosa bebida”.

Asimismo, señaló que de México la planta salió a los jardines botánicos de Europa y posteriormente a las colonias al sur de África y las islas del océano Índico. Hasta antes de 1840 únicamente en México se producía la vainilla y a partir de este periodo el cultivo se intensificó y popularizó en países como Madagascar, que hoy es el principal productor mundial junto con Indonesia.

México hoy no produce ni el 10% de la vainilla del mundo, a pesar de ser el país de origen de la especie, por ello hoy existen iniciativas de promocionar e impulsar un cultivo totalmente nuestro. Tradicionalmente el estado de Veracruz ha sido el más conocido por su tradición en el cultivo, sumándose estados como Puebla, Oaxaca y Chiapas.

El cultivo de vainilla en el ejido Miguel de la Madrid representa todo un reto por dos condiciones ambientales que deben cuidar puntualmente: la temperatura y los requerimientos de agua y humedad. Para enfrentar estos retos, los ejidatarios aprendieron que las selvas y remanentes de vegetación donde abunda el árbol conocido como ts’its’ilché (Gymnopodium floribundum) y otros árboles de sombra permanente como el ramón pueden crear un ambiente propicio para que la planta se desarrolle exitosamente.

El ts’its’ilché tiene una altura idónea, ramas que pueden podarse y acondicionarse para que el bejuco de la vainilla crezca a una altura máxima de dos metros. Ademas, este árbol produce una buena cantidad de materia orgánica ideal para nutrir a la planta y almacenar humedad.

Otra alternativa visualizada por los productores es que el cultivo de la vainilla pueden realizarlo en los traspatios o solares de sus viviendas donde pueden tener de 20 a 30 plantas y cuyo manejo puede hacerse colectivamente con la familia y con ello continuar con la tradición maya del manejo diversificado en los solares como una alternativa agrícola y de ingresos económicos.

ESQUEJES PARA COMENZAR A CULTIVAR

Los participantes fueron dotados de esquejes de la especie Vanilla planifolia. Cabe mencionar que el germoplasma adquirido proviene de un vivero con registro y aprovechamiento por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Los programas de la Comisión Nacional Forestal como el cultivo en sistemas agroforestales, el aprovechamiento de recurso forestales no maderables (como la vainilla), la capacitación y la transferencia de tecnología son alternativas que otros ejidos y comunidades forestales de Yucatán pueden aprovechar para desarrollar el cultivo de la vainilla.

Entre los participantes estuvieron el comisariado ejidal representado por José Mario Guadalupe Canul Baak (presidente), Martín Rodríguez Tec (secretario) y Alberto Martín Cauich (tesorero). Se contó con la participación del productor Diego Mancilla Rincón, de “Vainilla La Luna”, de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, quien enriqueció el taller con el intercambio de experiencias.

Otros participantes fueron Jorge Luis Alfonso Ucán, José Luis Dzul Tun, Santiago Leonido Canul Baak, Ermilo Chi Canul, Gaspar Miguel Canul Huchim, José Luciano Pat Balam, Ulises Arjona Cano, Jorge Polanco y Juan Tun Garrido. Entre los técnicos y estudiantes de licenciatura en Agroecología de la UADY están: Henry Enrique Chan Sansores, Raziel Oswaldo Tecalco Chan, Yariely del Rocío Balam Ballote y José Adrián Cimé Pool.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *