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Del festejo a la psicosis: huéspedes del Camino Real Mérida viven un episodio al estilo de las ciudades más violentas

Creyeron que pasarían unas tranquilas fiestas patrias en Yucatán, pero criminales los extorsionaron utilizando datos que solo podría tener personal del hotel.

MÉRIDA, Yucatán.- Confiado en la cacareada seguridad de Mérida, a Juan «N» le pareció buena idea que sus padres pasaran las fiesta patrias en la capital yucateca, donde él trabaja desde hace algún tiempo, sin sospechar que pasarían por un episodio al estilo de las ciudades más violentas del país.

A falta de espacio en el departamento que ocupa, decidió hospedar a su padre y su madre en el Hotel Camino Real, propiedad de la cadena hotelera del mismo que encabeza el empresario Olegario Vázquez, director también de la empresa de telecomunicaciones Imagen.

Para facilitar las cosas Juan registro la habitación de sus padres con su número de telefónico. Todo iba bien hasta que la noche del 15 de septiembre, en medio de Grito de Independencia, recibió una llamada de alguien que se identificó como personal del Camino Real Mérida y le dijo que el auto que tenía en el estacionamiento del hotel era robado, en un intento de extorsión que no se configuró porque Juan, en medio de la algarabía de los festejos, no escuchaba bien lo que le decían y colgó.

¡MIEDO! SABÍAN TODO: El extorsionador le dio entender que sabía que Juan era huésped del hotel, incluso le dio el número de habitación, pero en realidad quienes eran huéspedes eran los padres, de ahí que se comunicó al hotel para aclarar las cosas, pues el delincuente tenía datos, como el número telefónico, que solo se proprocionaron al personal del hotel.

Contrario a lo que pudiera esperarse de un hotel de cinco estrellas, donde la noche no baja de tres mil pesos, no lo respaldaron y abandonaron a los huéspedes a su suerte, que tuvieron que quedarse con el temor de ser víctimas de una nueva extorsión, que el denunciante asegura que no pudo provenir de nadie más sino que del personal del hotel.

De haber dado el número telefónico de su padre, la extorsión se hubiera dirigido hacia el adulto mayor. Las más asustada era la madre, que nunca se imaginó vivir un episodio de psicosis en Mérida la ciudad que hasta ese entonces consideraban la más segura, donde no ocurrían hechos violentos tan comunes en otras ciudades donde reina la inseguridad y el crimen.

MUCHA EXTORSIÓN EN MÉRIDA: El hotel se lavó las manos, aunque sus directivos reconocieron que «tienen muchos casos de extorsión, que es algo común» para ellos en el Camino Real Mérida.

Úrsula Quezada, gerente de cuartos del hotel, indicó que «es muy normal, es común recibir llamadas de fuera donde tienen datos muy específicos de los huéspedes, el nombre completo y hasta la habitación donde se hospedan».

Aunque aseguró que tienen protocolos para estos casos, a Juan y su familia los dejaron solos. El agraviado consideró que no recibió el apoyo suficiente del personal del hotel, que al parecer pretender proteger a un empleado desleal que está proporcionado al crimen organizado datos personales que los huéspedes entregan con toda confianza al Camino Real Mérida.

SEGURIDAD MINADA: Como reconoció el personal del mismo hotel, el caso de Juan no es aislado sino que ocurre con frecuencia en el Camino Real y otros hoteles donde los huéspedes quedan a merced de los criminales, expuestos a ser extorsionados, lo que mina la seguridad de la capital yucateca y, lo más grave, es que los turistas y quienes llegan a hacer negocios en Mérida pueden regresar a sus lugares de origen con la percepción de que la seguridad es solo un mito propagandístico del gobierno yucateco.

Resulta grave que los directivos del Camino Real tomen como «algo normal» estas extorsiones, sin que recurran a la policía para atacar el problema. ¿Alguien de ahí se beneficia de estos fraudes telefónicos contra los huéspedes? ¿Es algo que solo ocurre en Mérida o en general en toda la cadena Camino Real? ¿Hay complicidad del personal con los criminales?

Todas estas interrogantes pasan por la mente de Juan y su familia, que alza la voz para que Mérida no caiga en la terrible inseguridad que padecen otras ciudades de México. Él habla por experiencia porque llegó huyendo de la violencia en su ciudad natal y pensaba que con el tiempo sus padres también pudieran afincarse en Mérida, pero hoy tiene una nueva percepción de la seguridad en Yucatán, y puede afirmar que el león no es como lo pintan.

CRIMEN ORGANIZADO DE BAJO PERFIL: Tal vez no haya balaceras ni bloqueos como sucede en territorios controlados por el crimen organizado, pero asegura que en Mérida opera un crimen organizado de bajo perfil que igualmente daña a la gente y deja una percepción de inseguridad.

Lo que es indignante para el agraviado es que participen en estas operaciones criminales personal de una empresa que debería garantizar a sus huéspedes una estancia segura.

Por lo pronto hay una denuncia que está en curso para que quede un antecedente. También está la denuncia pública para no quedarse callado y alertar a la gente, a las autoridades y a todo aquel involucrado en la seguridad para que cortar de tajo estas acciones criminales y evitar que vayan ganando terreno a costa de la tranquilidad de los yucatecos.

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