Mario Can Marín, ni grave ni destituido, solo con enfermiza obsesión por el dinero
Filtran que su anticipada renuncia a la ASEY es porque ocupará la Secretaría Técnica en la Agencia de Inteligencia Patrimonial y Economía del Estado.
MÉRIDA, Yucatán.- No es ninguna enfermedad incurable la que propició que se adelantara la salida del titular de la Auditoría Superior del Estado de Yucatán (ASEY), Mario Can Marín, sino más bien su enfermiza obsesión por el poder y el dinero, pues se sabe que renuncia para ser postulado a la Secretaría Técnica de la Agencia de Inteligencia Patrimonial y Economía del Estado, que encabeza Olga Rosas Moya.
Con cero resultados, ningún funcionario preso, aunque roban a manos llenas, Mario Can Marín dejará en breve la ASEY, que lo hizo millonario.
Ayer publicamos que, aunque su periodo vence en 2024, debido a una enfermedad grave en noviembre debería “renunciar”, pero ya le están pidiendo su salida y dejaría este mes el cargo.
También dijimos que fuentes cercanas a la ASEY revelan que ya se está despidiendo y su salida es cuestión de días, incluso de horas. Lo sustituiría Rubén Arjona.
Sin embargo, fuentes cercanas al Congreso filtraron que será designado secretario técnico de la nueva agencia que encabeza Olga Rosa, quien hace unos días tomó posesión.
Trascendió que Can Marín ya se frota las manos ante los jugosos negocios que ya imagina hará en la Agencia. Ya pidió que le dejen trasladar a Inteligencia Patrimonial a todo el equipo con el que se hizo multimillonario en la ASEY, varios de ellos funcionarios rolandistas que planearon y ejecutaron extorsiones contra alcaldes mediante despachos contables que por «arte de magia» les resolvían las observaciones que les hacía la Auditoría Superior.