Terrible historia de abandono y violencia detrás de la indigente que comió un gato en Kanasín
Tenía una familia en Campeche, pero debido a sus padecimientos de esquizofrenia y retraso mental le quitaron a su hijo y la echaron a la calle.
MÉRIDA, Yucatán.- Detrás del dramático caso de una indigente que comió un gatito en calles del fraccionamiento Villas de Oriente Kanasín está una historia de abandono y falta de atención a una mujer que padece esquizofrenia y un retraso mental desde que era niña.
Originaria de Campeche, Esmeralda Celeste Lavalle Dzul tenía una familia que formó a los 18 años, junto con Edwin Castillo, quien la sacó de su casa en Campeche luego de que se buscó otra mujer.
A Esmeralda no la condenaron a vivir en las calles, sin atención adecuada a sus padecimientos de salud mental, sino que también le quitaron a su hijo, hecho que agravó su condición de salud mental.
Convertida en indigente, llegó a Yucatán. Sus amigos y vecinos la buscan desde hace un año, cuando compartieron fotos de Esmeralda pidiendo ayuda para localizarla.
Ahora que se hizo viral tras comer al gatito en Kanasín, piden a las autoridades que le brinden atención para sus padecimientos y que contacten al único familiar adulto que tiene, que en este caso es su marido Edwin Castillo, quien vive en Campeche.
Luego de que la policía de Kanasín la detuvo, la liberó horas después y ella volvió a Villas de Oriente, donde los vecinos dijeron que tenían temor por su presencia, lo que la obligó a moverse y la vieron caminando con el torso descubierto (sin blusa) en la carretera Mérida-Tixkokob, donde la detuvo la policía de Tixkokob, que le ofreció ropa para cubrirse y comida porque dijo que tenía hambre.
Los amigos campechanos de Celeste piden a las autoridades de Yucatán que la atiendan adecuadamente y que la ayuden a regresar a Campeche, donde su esposo tendría que hacerse cargo de ella, incluso podría procederse contra él por abandonarla a su suerte y por quitarle a su hijo.