Nacional

Luego de 36 años de gestión, nace el nuevo PRI con los colores de Morena

Desde la corriente crítica de 1987 pasando por el agonizante PRD y el triunfo de 2018, hoy se define un nuevo partido nacional que va por las viejas glorias de la revolución institucionalizada.

MÉRIDA, Yucatán.- Tras una gestación de 36 años, en este 2024 sucedió el parto del nuevo PRI, ahora bajo las siglas de Morena, que aglutina a la mayor parte de los priistas que se han unido a aquellos líderes históricos de la corriente crítica de 1987 para dar pie a ese partido revolucionario que soñaron luego de que los tecnócratas se apoderaron del tricolor.

Fueron necesarios dos membretes, incluyendo el agonizante PRD, para que naciera un nuevo partido nacional que va por las viejas glorias de aquel partido que institucionalizó la Revolución de 1910.

El 2018 marcó el anuncio del parto, pero fueron necesarios seis años más para que aglutinar a todos aquellos priistas que estaban dispersos en otros partidos, incluso en el viejo PRI, que hoy prácticamente se ha quedado sin militancia y, ante el naufragio, no dudemos que los pocos que aún quedan salten al nuevo barco.

Igual que Moisés que no pudo ver la tierra prometida, algunos líderes históricos no pudieron ver la transformación o fallecieron poco después del 2018. En Yucatán tenemos el caso del profesor Roger Aguilar, un hombre de izquierda de toda la vida que ganó una diputación federal, pero falleció a los pocos días de tomar posesión.

A final de cuentas la lucha política de México quedará dividida entre Morena y el PAN, porque es posible que muchos de los priistas que se aliaron con el panismo en este 2024 al final recalen en el morenismo.

Es la eterna lucha entre liberales y conservadores que sucedía en el siglo XIX y que se trasladó al siglo XX a las contiendas PRI-PAN. Algo similar a lo que ocurre en Estados Unidos entre demócratas y republicanos.

Por el bien del bolsillo de los contribuyentes, será positivos que al final de cuentas en México se queden solo dos grandes partidos, dos grandes visiones de la política entre las que tengan que elegir los ciudadanos, sin tanto gasto en partidos satélites.

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