De una historia de amor a golpes en el corazón… en el cuerpo y el alma
Empresario meridano propina brutal golpiza a su pareja, quien vivió una relación de infierno por las frustraciones y los celos enfermizos del agresor.
MÉRIDA, Yucatán.- La noche del 10 de julio de 2023 dejó marcada para siempre a Lizbeth A.C., no sólo físicamente porque terminó con cuatro costillas rotas y múltiples moretones, sino también emocionalmente por la terrible golpiza que le propinó su ex pareja, el empresario Alfonso Arcila Solís.
Era la tercera agresión físicamente que sufría la también empresaria, y fue la gota que derramó el vaso tras vivir a diario un infierno de maltrato emocional y psicológico por los celos enfermizos del hombre con el que un día soñó que terminarían juntos el resto de sus vidas.
Los pleitos de pareja que tenían eran ocasionados por esa inseguridad de Alfonso Arcila, quien no dudada en hacer escándalos en lugares públicos sólo por suponer que su pareja le estaba coqueteando a otros hombres.
EMPRESARIO CHUECO: Tras la última golpiza, la víctima dio por terminada la relación y lo denunció en la Fiscalía General del Estado. Como ocurre en la mayoría de estos casos, la familia del agresor abogó por él y le pidieron a Lizbeth que no lo metiera a cárcel porque Alfonso es quien sostiene a sus padres y a los hijos de una relación anterior.
Alfonso Arcila es administrador de la Farmacia San Fernando, ubicada en la colonia Alcalá Martín, y también tiene una destiladora de licores que prácticamente está en bancarrota. Por cierto, la farmacia, ubicada a unos metros de la avenida Cupules, tuvo problemas hace un tiempo luego de que las autoridades detectaron que vendía muestras médicas.
CON UNA VENDA EN LOS OJOS: Al principio de la relación, a causa del enamoramiento, Lizbeth no pudo percatarse del verdadero rostro de Alfonso Arcila. Ignoró incluso una alerta que le hizo la hermana del agresor: ¡Huye!, le dijo la hermana, quien es una conocida figura pública.
Antes de la terrible golpiza del 10 de julio de 2023 hubo dos más y hubo reconciliaciones ante los ofrecimientos de cambiar del golpeador. Como en todo ciclo de violencia en la relación de pareja, las cosas se calmaban por un tiempo, pero luego agresor volvía a la carga, tal vez con mayor ira.
CELOS ENFERMIZOS: En esos intervalos de violencia física no faltaban los episodios de maltrato emocional y psicológico, principalmente por los celos de Alfonso, que llegaron a ser tan enfermizos que cuando salían la agraviada se tenía que cuidar en todo momento para no «provocar» que el sujeto se alterara.
En un video que captaron unas cámaras de seguridad se evidencia claramente la brutal golpiza que le propinó el empresario a su víctima. La ataca con tal saña que las autoridades deberían tenerlo ya en prisión, pues se trata de un sujeto que no puede controlar su ira. En cuestión de segundos se vuelve una máquina de asestar golpes a las mujeres que han sido sus víctimas.
Es imposible que un individuo de esta calaña pueda estar en las calles, como si nada. Los jueces tendrían que aplicar ya medidas contra el empresario, pues la víctima no puede estar tranquila mientras no haya una sentencia y prisión para el golpeador.
Ya bastante avanzado el siglo XXI, un siglo donde las mujeres gritan ya no más violencia y vivas nos queremos, un golpeador no puede esconderse detrás de la figura de un padre «responsable» y un empresario «exitoso».