Estalla la bomba en el Capasits Mérida: Trabajan bajo protesta por acoso y hostigamiento
-Las cosas van de mal en peor en la atención de VIH en Yucatán, pero la Secretaría de Salud no tiene intenciones de cambiar a quien han hundido el programa, la Dra. Dulce Cruz.
MÉRIDA, Yucatán.- Las bombas continúan estallando en los centros estatales de atención al VIH en Yucatán, sin que las autoridades resuelvan las cosas. Trabajadores de esas áreas nos compartieron una imagen del cartel que colocaron para protestar contra el acoso y hostigamiento que sufren en el Capasits Mérida.
«Trabajamos bajo protesta. Capasits Mérida declaramos: cero tolerancia al acoso y hostigamiento sexual por parte de los pacientes al personal de salud», se lee en una lona que colocaron a la entrada del centro de atención al VIH, dependiente de la Secretaría de Salud.
Los pacientes denuncian que, ante la falta de supervisión por parte de las autoridades de Salud, la unidad se queda vacía porque tanto en el turno vespertino como en el de fin de semana los empleados se retiran de la unidad y solo regresan a checar su salida.
La jefa del programa estatal, doctora Dulce María Cruz Lavadores, jamás va a la unidad ni por error. Solo le interesan los bisnes que puede hacer con el programa y con su fundación AHF.
Por su parte, los trabajadores molestos indican que la Secretaría de Salud está en un gran bache de conocimientos y acciones, porque aún siguen ahí enquistados muchos malos elementos del sexenio anterior, como la doctora Cruz Lavadores.
Tienen miedo al cambio y prefieren estar solapando al personal que lo único que ha hecho es desviar recursos y permanecer en su zona de confort, lamentan.
¿Hasta cuando este gobierno va a seguir siendo cómplice de tantas muertes en Yucatán pudiendo evitarlo? ¿Acaso la población no merece una mejor calidad de vida? ¿En dónde quedan sus promesas de campaña?, se preguntan.
PACIENTES INCÓMODOS
Ahora muchos pacientes están faltando a sus consultas porque creen que no hay atención en el Capasits Mérida.
Además se sienten intimidados con tantas cámaras, vigilancia y cartelones que mencionan el acoso a los trabajadores.
Al quedarse la unidad vacía los pocos trabajadores que permanecen quedan expuestos a sufrir algún tipo de agresión ya sea de algún paciente, de otro compañero o de alguien externo.
Queda la pregunta al aire acerca de qué medidas van a tomar las autoridades estatales respecto a estas anomalías.