Mérida

Corrupto ex funcionario electoral, detrás de la prepotencia de una vecina chilanga

El destituido consejero electoral, por actos de corrupción, Mario Leal, es supervisor de una construcción en el fraccionamiento Juan Pablo Mulsay

MÉRIDA, Yucatán.- Salió el peine del por qué la prepotencia e impunidad de la chilanga que se «colgó» de la pared de una vecina para levantar su casa de tres niveles, en la calle 15 entre 16 y 18 del fraccionamiento Juan Pablo Mulsay.

El arquitecto que supervisa es Mario Leal Guillermo, uno de los consejeros electorales cesados en el 2006 por actos de corrupción, y ahora fiel a su estilo está «repartiendo moches» para mantener a raya la intervención de inspectores de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento.

Tras la publicación de este caso la semana, se comunicaron a nuestra redacción personas que revelaron que el supervisor es Leal Guillermo, a quien destituyeron como consejero electoral por usar el erario, junto con sus compañeros, para pagar visitas a un antro, paseos turísticos, gastos médicos de familiares, renta de vehículos de lujo, cuentas de hotel, anticonceptivos, leche para bebé, vitaminas, medicamentos para bajar de peso, cremas contra el pie de atleta, paseos en lancha y comidas en restaurantes de lujo y loncherías. Parte de esos gastos se disfrazaban bajo el rubro de «atención a visitantes».

En la nota previa mencionamos que desde hace año y medio la señora María I.B.M. vive un calvario por la prepotencia de su vecina chilanga, que se «colgó» de su pared para levantar una construcción de tres pisos, ante la complacencia de las autoridades municipales, que se han visto muy tibias para aplicar el reglamento de construcciones en Mérida y detener la irregularidad.

Desde diciembre de 2021 la agraviada recurrió a la Dirección de Desarrollo Urbano al ver que su vecina Angélica M.V.P. hacía uso indebido del permiso de construcción.

Por los daños a su propiedad, entre ellas una enorme fisura, María I.B.M. interpuso una denuncia penal, la cual no avanza porque la infractora no se presenta a las audiencias y las ha pospuesto una y otra vez.

Pese a que la obra de construcción tiene sellos de clausura, los albañiles no han parado de trabajar, aprovechan que los inspectores de Desarrollo Urbano dejaron abierto el paso por la puerta principal para entrar y salir.

Angélica M.V.P. es originaria de la Ciudad de México, compró una casa contigua a la de María I. y comenzó a construir para ampliar la vivienda. Para ello se «colgó» de una pared que corresponde a la sala de María, quien apenas notó esta anomalía fue a reclamarle a la recién llegada.

Prepotente como suelen ser algunos recién avecindados, le dijo que ya tenía los permisos de Desarrollo Urbano, que no iba a detener su construcción y que le hiciera como quisiera.

Para que procedieran los inspectores de Desarrollo Urbano tuvo que insistirles mucho, y cuando por fin colocaron los sellos de suspensión creyó que por fin iba a todo a solucionarse, pero no fue así.

Los albañiles continuaron como si nada y hoy la construcción de Angélica ya tiene los tres niveles, y la casa de la denunciante presenta severos daños estructurales, por los cuales la vecina no quiere responder.

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