Motociclista jugaba a las carreritas y atropelló a un «abuelito de hierro» en Ciudad Caucel
El cobarde motociclista huyó y el adulto mayor se quedó dormido un rato para «regenerarse», tras lo cual se levantó como si nada.
MÉRIDA, Yucatán.- Los vecinos de Ciudad Caucel fueron testigos anoche de lo que llamaron un «milagro de Navidad», luego de que una motocicleta atropelló a un adulto mayor de 65 años, quien dos volteretas en el aire y se aporreó contra el pavimento, donde quedó inconsciente.
El abuelito se quedó como durmiendo un rato, al parecer para «regenerarse» y luego de un rato se levantó como si nada y quería irse a su casa, ante el asombro de las personas que se acercaron a curiosear e incluso de los paramédicos.
Los hechos ocurrieron a las 6:50 de la noche en la calle 31 con avenida 80 de Ciudad Caucel, cerca de los cárcamos de la Japay, donde un par de jóvenes transitaban en una motocicleta y junto a ellos había otra moto que conducía un sujeto que llevaba como pasajero a un menor de edad.
Este individuo venía siguiendo a los jóvenes desde calles atrás retándolos para que jueguen carreritas. Molesto porque los jóvenes no quisieron seguirle el juego, aceleró sin fijarse que en ese momento cruzaba la calle el hombre de 65 años, al cual levantó por el aire, dio dos volteretas y cayó en el pavimento.
El sujeto de la moto huyó sin importarle la suerte del adulto mayor al que arrolló por estar jugando a las carreritas. Tampoco le importaron los llamados de una persona que le pedía que se detenga para responder por el accidente.
El testigo dijo que sabía de primeros auxilios y llevó hasta el camellón al abuelito para evitar que lo atropellen. Ahí se quedó en espera de que reaccione y de que llegue la ayuda que otras personas solicitaron al 9-1-1.
Al lugar también llegaron los jóvenes de la otra moto y dijeron que el sujeto los venía retando para jueguen carreritas.
En eso estaban cuando reaccionó el abuelito y dijo que quería irse a su casa, pero le pidieron que espere la ayuda de los paramédicos. El adulto mayor, fuerte como un roble, no tenía ninguna lesión aparente y estaba consciente. Un testigo lo llamó un «hombre de hierro», de los que ya no se dan en las nuevas generaciones.
Paramédicos de la Cruz Roja lo llevaron a su domicilio acompañado de policías de la SSP. En el lugar de los hechos quedaron un guante, un tipo seguro de moto y el portaplacas de la moto que atropelló al «abuelito de hierro».