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En el Progreso de Julián Zacarías viven mejor los cerdos que los empleados municipales

PROGRESO.- En medio de sus desplantes de vanidad, el alcalde Julián Zacarías Curi ha perdido no solo el piso, sino hasta sensibilidad humana, a tal grado que no le interesa para nada el bienestar de los progreseños y de los empleados municipales, a los que hace trabajar en condiciones de riesgo sanitario y de integridad física.

A Zacarías solo le interesan los temas en los que mediáticamente pueda figurar, como la llamada «Pig Beach», donde fueron «rescatados» unos cerditos de los llamados «mini pig» en una playa ubicada a la entrada de Chelem.

Si bien representan un atractivo turístico y merecen ser atención como todo ser vivo, las autoridades municipales no deben olvidarse de las personas y su bienestar antes que atender como reyes a estos cerditos.

Hace unos días la oficina de prensa de Zacarías difundió la imagen de una trabajadora que limpiaba la zona de manglares, sin el equipo de protección necesario para esa labor.

En la foto se ve a la mujer desempeñando ese trabajo en chancletas, de las llamadas «pata de gallo», que no le brindan ninguna protección en los pies, pues están expuestos a infecciones o a picaduras de insectos venenosos.

Adicionalmente, la trabajadora puede resbalar, pues ese calzado no es antiderrapante. En pocas palabras, la empleada carece de equipo digno para desempeñar su labor.

Tal parece que en Progreso se atiende mejor a los cerdos que a los empleados municipales.

Bastantes conocidos son los episodios en los que Julián Zacarías ha mostrado su desprecio hacia los progreseños: los ha regañado como si fueran sus peones, los ha llamado mediocres y se ha quejado de ellos por exigentes, porque le piden calles y obras.

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