Polémica por el hospital de Ticul regresa al PRI a la escena política en Yucatán
El anuncio de la reactivación del hospital de Ticul, no solo despertó la esperanza de una mejora en los servicios de salud para el sur de Yucatán, sino que también reavivó una de las polémicas más sonadas dentro del PRI, partido al que muchos ya daban por muerto tras las elecciones del pasado 6 de junio.
La polémica a que nos referimos es el enfrentamiento entre la ex gobernadora priista Ivonne Ortega Pacheco y Rolando Pacheco Zapata, quien lo sucedió en el cargo, también por el tricolor.
Pese a ser del mismo partido, la discordia entre ambos ex mandatarios es notoria. Zapata Bello no le perdonó a Ivonne Ortega que dejará muy comprometida económicamente la administración con obras tan costosas como el Gran Museo del Mundo Maya, el hospital de Ticul y el Palacio Maya de Yaxcabá.
El primero quedó amarrado y comprometido, pues ya estaba prácticamente lista su construcción, pero el hospital de Ticul apenas estaba en obra negra y Zapata Bello decidió rescindir el contrato, presuntamente por irregularidades de Marhnos, la empresa encargada de construirlo y operarlo.
Ante la suspensión de pagos por parte de la administración de Zapata Bello, el hospital quedó a medias, pero no fue la única consecuencia, sino que de ahí vino el enfrentamiento a muerte entre Ivonne Ortega y Zapata Bello.
El pasado miércoles 3 de noviembre la ex gobernadora, hoy diputada por Movimiento Ciudadano, presentó una denuncia contra Rolando Zapata, ex funcionarios públicos de la administración 2012-2018 y quien o quienes resulten responsables por actos y omisiones que llevaron a la cancelación del hospital de Ticul.
Vía redes sociales hubo una tunda contra la ex gobernadora, a quien muchos usuarios señalaron de no tener la calidad moral para acusar, pues su administración estatal estuvo marcada por la corrupción y los excesos con el presupuesto.
Además de recordarle su pasado priista, también le echaron en cara que su gobierno haya sido solo de primeras piedras, pues muchas de las obras ni siquiera se iniciaron o se quedaron a medias por los oscuros contratos, como en el caso del hospital de Ticul y el Palacio Maya de Yaxcabá.
Esta polémica, como dijimos al principio, trajo al PRI de nuevo a la escena política en Yucatán, luego de varios meses de silencio tras los resultados de los comicios de junio pasado.
Muchos ya lo daban por muerto, incluso hablaban de una refundación y hasta cambio de nombre, pero los recientes sucesos parecen haber despertado al tricolor rumbo a la carrera por el no tan lejano 2024.