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Layda Sansores, la «guau» de AMLO: hace el trabajo sucio y la relegan a la tercera fila

MÉRIDA, Yucatán.- Cualquiera pensaría que por el trabajo sucio que realiza Layda Sansores a Morena tendría una mejor estima del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la realidad es que la gobernadora de Campeche no solo no figura entre las favoritas de AMLO, sino que incluso la relega hasta la tercera fila, como se vio en reciente encuentro del mandatario con gobernadores en Veracruz.

En una fotografía que circuló de esa reunión (la Quinta Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Protección Civil) puede verse a López Obrador flanqueado por las gobernadoras de Nayarit y Quintana Roo y muy cerca a la de Colima. En la primera fila, junto a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, aparece el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal.

En tercera fila, solo asomando la cabeza entre los mandatarios que aparecen en la segunda fila, está Layda Sansores, quien desde Campeche hace el trabajo sucio para enlodar a quienes no se alinean a los designios de AMLO.

Incluso ya en una ocasión «quebró» a Alejandro Moreno Cárdenas, ex gobernador de Campeche y actual presidente nacional del PRI, y obligó a Alito y a sus huestes a votar a favor de que se extienda la presencia del Ejército en las calles hasta el 2028.

Pero Layda no está entre las favoritas y lo único que queda pensar es que ella es una «Guau» de AMLO. Sí, actúa como un perro que está a la orden y disposición del amo sin importarle si recibe reconocimiento o no.

Una reciente película de Netflix pone de relieve este tema, pero en plano escolar y amoroso. El protagonista de esta cinta no quiere reconocer que es el «guau» de la hermosa chica recién llegada a la escuela, pero está siempre disponible para ella, como un perrito faldero, aunque a veces incluso lo humille.

No importa si le hizo las peores cosas, si la chica guapa truena los dedos, él estará ahí siempre. Pero llega el día que el «guau» abre los ojos y comienzan a suceder muchas cosas.

En política también aplica esta relación del «guau» y su amo. Muchos seguidores de AMLO lo son, jamás obtienen reconocimiento, no prosperan, incluso se hunden en la pobreza, en la miseria, pero están firmes con él. ¿Más fieles que un perro?

Layda Sansores es quizá el mejor ejemplo, pero igual hay otros políticos «guau». Solo por citar uno: Raúl Paz, quien cuando estaba en el PAN era un «principal» y ahora que lo jalaron a Morena tiene que deshacerse en continuos elogios a AMLO y su séquito. Pasó de príncipe a perro solo con el cambio de color partidista. Su historia es digna de un documental de Netflix.

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